Tic, tac. Tic, tac. Recuerdos.

Los peces solo tienen tres segundos de memoria. Nosotros no somos así. Podemos recordar todo, hasta lo que no queremos. Si eso es verdad, porque decimos frases como… ‘‘Ojalá pudiera borrar lo que he hecho’’

Recuerdo mi primer cumpleaños. La casa en la que nací. Recuerdo que cuando era chica, soñaba con ser Cenicienta y encontrar a mi príncipe. Recuerdo el día de mi comunión. Recuerdo cuando terminé el colegio y empecé el instituto. Recuerdo mi primer novio y mi primer beso. Recuerdo a mi primera mejor amiga.

Por desgracia, no todo lo que recuerdo es bueno. Recuerdo gran mayoría de mis caídas. Recuerdo el llanto del primer plato de verduras. Recuerdo el día de mi primer suspenso. Recuerdo la cantidad de lágrimas soltadas por un simple ‘‘no te quiero como antes’’. Recuerdo muchos de los castigos. Recuerdo a muchas personas importantes que perdí.

Y.. ¿Sabéis qué? Todo me ha hecho madurar. Simples recuerdos guardados en tu memoria que te harán avanzar. Caminar. Seguir. Me han enseñado a disfrutar de lo bueno; sacando una sonrisa cada vez que me acuerdo. Me han ensañado a aprender de todo lo malo. Me han enseñado a saber que todo no es de color rosa; y que siempre hay algo que no te va a gustar, algún defecto.

Solo os voy a decir una cosa: No intentéis borrar nade de lo que hacéis, siempre os enseñará algo o simplemente os ayudará a seguir vuestra vida y aprender de ella. La vida no se para nunca, siempre sigue aunque tú estés mal.